Juan Rodríguez Pérez / Juanjuí
Amores imposibles, frustrantes y
cargados de venganzas, en los que se entremezclan la sutil ironía y la
desesperación de los protagonistas, es lo que observamos en la mayoría de los
cuentos del libro La niña de
la lluvia de la joven autora
sanmartinense Haydith Vásquez del Águila.
La fuerza de la narración recae generalmente
en personajes femeninos, siendo el hombre una pieza bien manejada al que se le
quita protagonismo en cada una de las historias. En algunos pasajes la mujer
toma la iniciativa, en otras reflexiona sobre su situación de amante, sobre su
gravidez y sobre su posible venganza; en otras es leyenda que los ancianos
respetan por la visión que poseen para vislumbrar la suerte de sus ciudades,
como en el cuento “El cuaderno de Julia”, en
el que la fatalidad la pregonan dos mujeres de diferentes edades.
El amor en la selva, ese amor
muchas veces recargado de fábulas, misterios y ambiciones masculinas, donde se
ha dado fama el mito de la sensualidad femenina, es tratado con acierto, con el
recuerdo de los cuentos infantiles donde la bella desaparece en la oscuridad
dejándonos sensaciones de soledad, para luego buscarla siguiendo el aroma de su
cuerpo, el pelo mojado y los ojos que la delatarían.
En “El manchari” una doctora protege a un escolar, que posee tres
coronas o remolinos en la cabeza, pero debe enfrentarse a las creencias populares;
de igual forma ocurre en “La niña de la lluvia”, dos cuentos
que tienen similitud porque las protagonistas corren la misma suerte: les une
la desgracia.
Sin embargo, la frustración, la
melancolía y por momentos la desesperación se ven diluidas cuando leemos el
cuento “Trago amargo”, en el que aflora el humor, la picardía y una ironía cruel
en el final de la historia.
Un libro interesante, sin duda,
que nos permite descubrir a una narradora de prosa limpia y cadenciosa. Un
valioso aporte a la narrativa amazónica.